La cámara de fotos es una puerta diabólica hacia otros mundos que existen paralelos al diminuto mundo que conocen nuestros ojos. Y además es pornográfica. Sí, sí, no te rías, pornográfica y ninfómana. No soy el primero ni seré el último en decirlo: hace pornografía con la luz cuando el gran dedo masturbador excita el obturador y las cortinillas se corren por dentro de la cámara chirriando de placer, hasta que el sensor alcanza el clímax cuando le penetra la luz… ¿es o no es pornografía? Y una vez que alcance la cumbre del placer, vuelve a pedir una y otra vez más y más y más, hasta que la tarjeta de memoria queda extenuada. ¿Es o no es una ninfómana?
Ummm, como me pone mi CANON 400D.
¿Qué es lo más parecido a pasar una noche sin sexo durmiendo al lado de miss Universo? Sí, eso mismo, una anodina y ridícula fotografía para el álbum familiar. ¡Que horror!
No pretendo crear posts para enseñar técnicas fotográficas, eso se lo dejo a otros espacios multitudinarios y famosos. Y además quién soy yo para enseñar….
Yo hablo siempre de otras cosas… de abrir la mente y dejar volar la imaginación.
¿Qué pasa cuando el excitado obturador presa del placer se abre por entero y permanece en éxtasis durante uno, dos, tres, cuatro segundos, agitándose de placer entre las trémulas manos del amante fotógrafo?
Pues que como en un aquelarre de brujas, el maligno emerge de la oscuridad y se muestra, entregándose a una desenfrenada orgía de luces y colores. Y entonces se hace la magia y nuevos mundos aparecen ante nuestros incrédulos e inocentes ojos. Probarlo es quedar pervertido para siempre.
Un ocaso aburrido y sin gracia, se convierte en unas ondas misteriosas.
En una triste gasolinera se pueden ver los vapores de la gasolina ¿o acaso es el espíritu del surtidor que se ha mosqueado por hacerle una foto?
Y el colmo de la suerte es poder ver una carrera de correcaminos delante de las Torres de la Plaza de Castilla.
Ya lo dijo Lao Tsé, el mundo es una gran vasija llena de espíritus. No seamos aburridos, atrapémoslos con la cámara.