Me ha enseñado su casa. Unos 400 metros cuadrados de casa en los que absolutamente todas las paredes son un museo: cuadros de su padre Fernando Galicia (amigo íntimo de Azaña, asiduo tertuliano del café Gijón, amigo de Unamuno, Valle Inclán, Gerardo Diego, Alexandre, ....), al lado de cuadros suyos y grabados. Multitud de obras de Picasso, muchas dedicadas a su persona, Matisse, Fortuny, Rubens, ..... y algún pintor coetáneo que ya no recuerdo.
Nos ha hecho un repaso de su vida, su infancia en Madrid, su exilio a París, donde conoció a Don Pablo (como el llama con extremado cariño a Picasso), su huída del ejército nazi de París a Burdeos, los bombardeos que sufrió en Burdeos, las calamidades de las malditas guerras, y su vuelta a España, a Burgos.
Conocer un personaje así, con esa historia y esa vida a sus espaldas, y todas las entrañables anécdotas con las que va adornando sus relatos, no tiene precio. Uno se plantea hasta pedirle que te permita escribir sus memorias .....
Un día, con más tiempo, debería escribir más sobre él. Me lo apunto.
Por cierto, me ha regalado uno de sus grabados, con dedicatoria incluida.
Fotografía: nacimiento del Asón, Cantabria. Un hermosos lugar donde admirar la naturaleza.
4 comentarios:
Buena mañana, a parte de haber tenido una vida intereante en cuanto a anecdotas, da la impresión que es un buen orador, y esa mezcla es
Fantástica fotografía, me encanta el velo del agua, es tranquila y llena de vida , veo que el bn se está convirtiendo en un punto fuerte para ti, simepre lo vi complicado y sabes sacarle toda la belleza
besos
m
Realmente me hubiese encantado acompañarte en esa visita. Me vuelve loco conoder la historia de esta manera, no en fríos libros repletos de fechas y lugares descritos sin ninguna emoción.
JLS
Boquiabierto me has dejado con tu relato José Luis y al final de la lectura me encuentro con esta maravilla y como seguía sin poder cerrar la boca he terminado babeando absorto por esa luz que hay entre las hojas de ese libro de piedra.
Stendhal²
Un abrazo.
Coincido querido Eugenio con tu comentario sobre esta maravilla. Cuánto tenemos que aprender de José Luis madre mía. El relato soberbio. Un abrazo maestro.
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