Pero para desgracia mía, ay mísero de mi, no sé ser pesado ni aunque me lo proponga. Así que, vistos los planteamientos, debería desistir. Pero es ahí donde empieza la "cabezonería" aragonesa que llevan en herencia mis genes. Y entonces, simplemente por empeñarse en estar y ser, te empiezan a pasar cosas. ¿Hasta cuándo? La providencia dirá.
En el último mes del 2010 y en lo que va de año me han empezado a pasar cosas o, para ser más preciso, me siguen pasando: soy finalista, con opción a premio aún, de un prestigioso concurso nacional de fotografía; me han seleccionado para exponer en uno de los Centros de Arte públicos más importantes de Madrid, por no decir el que más; la semana pasada inauguré una exposición colectiva dentro del Madrid Gastrofestival 2011 y hoy me ha comunicado la Galería de Arte donde expongo que me ha vendido las dos fotografías expuestas. Y no es que me vaya a forrar, ni mucho menos, porque el beneficio por fotografía es irrisorio, pero a uno le hace ilusión vender una obra en una Galería de Arte a un comprador coleccionista que ve tu trabajo, le gusta y te lo compra. Y no sabes quién es, ni cómo se llama, ni dónde pondrá tus obras. Pero las ha sabido apreciar y te las compra.
En definitiva, te empiezan a pasar cosas, cosas buenas, y aunque no sepas cuándo ni cómo ni dónde se va a acabar la racha, abres velamen y a dejar que el viento te lleve.
Fotografía: pescadores en el embalse de la Tranquera (Zaragoza)