A puñetazos con Dios

Suena el teléfono y escucho tu voz.

Me dices que en tu cabeza ha crecido un tumor.

Y salgo por patas a pegarle un puñetazo a Dios.

Pregunto al cielo si llorar o correr, y el muy hijo de puta se pone a llover.

Truena y se cabrean las flores, ahogándose en la barra de algún bar.

Salto desnudo a la trinchera, y en cuclillas, bañado en barro, sólo escucho
que detrás de los ojos que amé
se está dando el puto tumor un festín.

Siéntate a mi vera y ponte a contar estrellas,
que la vida quema más que el fuego.
Llora a mi lado y quédate mirando el sol.
Duérmete deshojando margaritas,
que yo me voy a darle un puñetazo a Dios.




Fotografía: en algún lugar perdido de China, ¡ojalá te llegue ahora aquella luz!¡A luchar!¡A vivir!