Mi médico dice que soy el raro de la familia, lo que a mi me pasa no le pasa a ningún paciente, y de lo que la mayoría refiere como efectos secundarios, yo no tengo ni rastro. Me los relaciona y termina, sarcásticamente, con una cruel pregunta: "¿Se los cambiarías?". Mi respuesta es contundente: "NO".
A esto hay que unirle el eufemismo que se ha puesto de moda entre mis "conocidos" del barrio, ya que apenas salgo de aquí. "¡Qué fuerte te has puesto!", es clamor popular. Que gente tan bondadosa y prudente, cuando lo que quieren decir es que he desarrollado un enorme músculo abdominal que lejos de contenerse, bribón él, ha decidido expandirse. A todo esto, saco pecho y meto barriga. Y rezo para que no me vean cojear, no me quieran dar la mano o se les escape un golpecito en la espalda, porque entonces pudiera ser que el eufemismo le diera un abrazo a la razón y se convirtiera en un "¡Qué mayor te has hecho!". Y por ahí, sí que no paso.
Fotografía: Cudillero, Asturias.

2 comentarios:
Pero bueno José Luis, creo que no te vamos a reconocer cuando vengas!! Mucho más "fuerte", con 3 senos y talones que aguantan menos que una batería de móvil descargada!!!
Por lo menos nos queda tu buena pluma (sin eufemismos, que sabemos que a pesar de todo eres muy macho) y tus buenas fotos.
Mil besiños, Elena
Estás oxidado de perrear, el sofá es muy malo, hay que organizar más salidas para que nos sigas enseñando, aunque somos alumnos muy cazurros.
Tu sensibilidad de artista no se aprende.
Un abrazo.
Publicar un comentario