El arrastradero y el calvario

El "arrastradero" y el "calvario", aunque en primera instancia suene a dramatismo, son dos senderos clásicos que unen Cercedilla con el puerto de Navacerrada. Los he subido y bajado tantas veces que posiblemente si cierro los ojos sea capaz de dibujar cada una de sus curvas, cada una de sus cuestas, cada uno de los cruces con los arroyos que los jalonan. Los he hecho andando, corriendo, en bici, con barro, con nieve, con un sol de justicia, arrastrándome las más de las veces. Ni me planteo, porque he tenido que resetear mi vida y mis expectativas, volver a recorrerlos ....


Y sin embargo ahora, cosas del destino, me sirven como metáfora.


Mi "calvario", que es el sendero que toca de subida, consiste en el agotamiento súbito de batería que sufro todos los días. Se soluciona realizando una recarga de batería, o sea, una tumbada de varias horas en el sofá, un vaso de vino, o dos, y una profunda y reparadora sesión de cama (en su uso primario, por supuesto).

Mi "arrastradero", que es el sendero fácil de bajada, algo así como el desmonte por el que antaño se bajaban los troncos de los árboles desde las cimas hasta los llanos, consiste en el inercial y newtoniano devenir de mi singladura fotográfica. Sin energías, ni apetencia, de repente me veo pre-seleccionado en el Purificación García (y ojo, que hoy me han dicho que el Director del Reina Sofía está en el jurado), con exposición recién inaugurada ayer, con próxima incorporación a una nueva galería especializada en fotografía (mediados de abril) y que me incluirá en Madridfoto en el mes de mayo. ¿Se puede pedir más?

También es "arrastradero" el camino de cada noche del sofá a la cama.

¡ Pero benditos "arrastraderos" !



Fotografía: algún rincón perdido de China (una aldea Dai cerca de Xishuangbanna), lejos de los chinos grises de las grises ciudades chinas.