Soñé y soñaba,
escondido en mi crisálida
que volvía a visitarme
en el abismo de mi cama.
Enredada entre mis sábanas
vi, de nuevo, su rostro
helado y bello,
como el de aquella mañana.
Permaneció allí largo rato
sin apenas moverse,
emboscándose en la noche,
acechando la madrugada.
Anoche tuve miedo,
no quise hablarla:
Vete. Calla. No me mires.
Abandóname en ésta, mi plegaria.
Ya he borrado, en mi recuerdo,
el cuchillo de hielo
que me clavó tu mirada.
Anoche tuve un sueño.
Soñé y soñaba.
Anoche tuve un sueño
del que despertaba.

1 comentario:
Qué gloria poder leerte, qué premio poder admirar esta imagen. Lo mejor que he visto en mucho tiempo. Increible. Enhorabuena amigo.
Publicar un comentario