La muerte blanca se aleja a dormir.
Se aparta, huye, se va lejos de aquí.
Me susurró al oído una noche,
lasciva y obscena, su funesta canción:
al alba te espero, mi amado,
al alba te aguardo, desnuda,
te besaré los labios
y danzaré para ti.
Pero no quise escucharla
y allí despechada quedó.
Desventura resuelta y vuelta al mar.
Respiro vida anclado en lo diario.
Estamos en paz,
y no viene a cuenta enumerar
propios dolores, penas y agravios.
La muerte blanca se aleja.
La muerte blanca volvió al mar.
Saltando entre las olas,
¡quién sabe a dónde irá!
Fotografía: por fin pude ver la primavera. Y fotografiarla.

4 comentarios:
Si compañero, por ahí debe estar... con su reloj de arena, implacable como el paso de los años y con su noticia ingrata.
¿Quién sabe?
Pero se dice que alguien la vió llorar frente a la inevitable inmortalidad de una imagen.
Abrazo
Fabulosa imagen, desde esas nubes preciosas hasta el toque de color rojo de las flores :D
Hace un tiempo te decía que esperábamos al fotógrafo, hoy ya lo tenemos. Y así es y será.
Preciosa foto, menudo momento de nubes y colores. Rebosa vida por todos los lados.
Un abrazo.
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