Relata Javier Cercas una anécdota apócrifa de la I Guerra Mundial. Un puesto alemán envía un telegrama a sus aliados austriacos: "Aquí la situación es seria, pero no catastrófica". Los austriacos responden: "Aquí la situación es catastrófica, pero no seria".
Extraigo un par de las frases que el autor del artículo desgrana de Cioran:
"Es típico de mi vida anímica normal que me entre la risa ante las cosas ininteligibles".
"Mi misión consiste en matar el tiempo y la de éste es matarme a mi. Entre asesinos nos llevamos de perlas".
Termina el artículo hablando de Ramón Lobo, reportero de guerra en Afganistán, que cuenta cómo las tropas se toman con muchísimo sentido del humor cada una de sus patrullas: "Muy bien, ¿hoy quién la palma?", se puede escuchar como saludo entre militares. Dice Ramón Lobo que allí "el humor se transforma en un segundo chaleco antibalas".
Releo el artículo, sonrío, y me recorre un agradabilísimo escalofrío por todo mi cuerpo. ¡Cuanto me siento identificado con todo esto!. Aquí, rodeado de amargura, he sido capaz de sobrevivir con ironía y mucho, muchísimo sentido del humor. No hay chalecos antibala entre estas cuatro paredes, no, pero sí unas enormes y todopoderosas ganas de reir. Y de reirme de mi. Y reirme del mundo que, desafortunadamente, está muy enfermo.
Fotografía: (foto del foto de móvil, no daba para más)el feliz encuentro entre Globúnculo Nonato y su nueva amiga la rana Paca.
Aquí la situación no es catastrófica, ni seria. Solamente lo fue.

3 comentarios:
Parafraseando a Siniestro Total: "Ante todo mucha calma".
Y añado yo: "y muchas ganas de reir".
JLS
Ya veo que te animas a adentrarte por los pasillos, el próximo paseo espero que sea fuera del hospital.
Un abrazo.
Definitivamente...¡estás del lado de la vida! y no es voluntario...
Me alegro mucho.
Marta
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