Casi ocho meses sin asomarme a ésta la mía, mirada turbia y fría. Que hasta para dejar constancia de mi última exposición, con esta costosa entrada, he tenido que desperezar la mente, desentumecer los dedos que ahora aporrean torpes el teclado y enfrentarme al vacío brutal de esta ventana del ordenador, en sepulcral y doloroso vacío. Pero aquí está, no sé si aún turbia o fría, o ya ni siquiera es mirada.
Una nueva exposición, con nuevas fotografías, algunas, no todas. No sé si mejores o peores. No sé si menos creativas y más aburridas. No sé si son más de lo mismo, o me da lo mismo lo que sean. Sólo sé que mi madre es la primera vez que dice que son muy bonitas. ¡Oh, que horror! Son bonitas ….
Y mientras decido si te mato de inanición, tú, mirada turbia y fría, o si vuelvo a ti como pródigo estéril, sin medida ni razón, callo ya aunque medito y, como siempre, dudando: no sé si no fotografío porque no tengo nada que fotografiar, ni sé si no escribo porque se me están torciendo los renglones, y no lo quiero contar.
martes, 29 de enero de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)