Todas las fotografías y textos son propiedad del autor. Todos los derechos reservados. Copyright © 2010 José Luis Esteban




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jueves, 21 de julio de 2011

La tierruca

Han pasado las náuseas, el cansancio extremo da una tregua y no han aparecido las temibles fiebres. Mañana chequeo médico.

Cada vez veo más cerca poderme escapar la semana que viene unos días a Cantabria. No podré recorrer los caminos y montañas que tantas veces he pateado, pero los cambiaré por la cámara de fotos y la búsqueda de nuevos rincones de los que disfrutar, eso sí, a los que se pueda llegar cerca en coche.

Así que con esto me despido hasta la vuelta.



Fotografía: un mar embravecido en algún rincón de Cantabria ....

viernes, 15 de julio de 2011

Adiós Idarrubicina, adiós

Adiós bolsas azules.
Adiós líquidos de colores.
Adiós vías periféricas y centrales.
Adiós bombas infusoras.
Adiós pesadilla, adiós.

Y que lo que queda por venir, ya vendrá.



Fotografía: unos felices críos perdidos en un recóndito y pequeño pueblo de Xishuangbanna (China). Me hubiera clonado y puesto con ellos, pero no puedo saltar ... todavía .... ja.

jueves, 14 de julio de 2011

Penúltimo asalto: muérete un poco más

Por fin. Último ciclo de quimioterapia intravenosa. Hoy y mañana, sendas infusiones. No hablo de tisanas, ni de te ni de manzanilla, me refiero a "chutes". Pero antes, esta mañana, revisión con el gran curandero para que dé su visto bueno al tratamiento:

"Hola, ¿qué tal te ha ido?", me recibe el gran curandero con una enorme sonrisa que intuyo es fruto de la contemplación de mi enorme papada y mi prominente barriga. "Pues ..... puffffff .....", no me deja decir nada más. "Venga, venga, que yo te veo muy bien". Ale, otro igual, que me ve bien. Estoy harto de la frasecita ..... "No, si bien estoy. Bien j.....". "Pues ¿qué te pasa? A ver ...", me pregunta el gran curandero con un fingido tono complaciente. "Me pica todo el cuerpo", e intento no empezar a rascarme como si fuera un chimpancé," y me han salido granitos por todas partes. Pero lo peor es que en salva sea la parte parece que me hayan pasado papel de lija ... casi al rojo vivo está". "Despelótate chaval .... ummm .... bueno, una dermatitis. Normal que te salga con el tratamiento. Y eso son hongos, también normal que te salgan". ¿Serán alucinógenos?

Y seguimos: "La analítica está muy bien", dice el curandero. Pero yo veo que en más de la mitad de los parámetros tengo asteriscos. "Si usted lo dice". "¿Cuánto pesas?". "Tropecientos ...", respondo yo enojado. "Ala, has engordado 6 kilos. Son los corticoides, pero tienes que comer menos o te vas a poner como una bola". "Bueno, para mi que bola ya soy. Pero si le juro a usted que como normal y que me quedo siempre con hambre. Me muero de hambre", le digo. "Pues muérete un poco más", me dice sonriendo.

"Me duele la cabeza, me duelen los huesos y la musculatura ...", termino ya de quejarme. "Bien, para eso lo mejor es ajo y agua", dice el gran curandero. "¿Ajo y agua?". "Sí, ajo(derse) y agua(ntarse)".

Sigue escribiendo el curandero en su ordenador mágico. Al rato me imprime una hoja con el tratamiento. Cuento el número de pastillas diarias que me tengo que tomar en los próximos 15 días: diecisiete (17). Y dos pomadas .... la cuenta de la farmacia se va a alegrar.

"Sería bueno que te fueras unos días de vacaciones y te olvidas de hospitales", termina diciéndome el curandero, yo creo que apiadado de la tortura psicológica a la que me acaba de someter. "Pero debes tener muchas precauciones: prohibido tomar el sol, bañarse en piscinas, sécate bien e inmediatamente si vas al mar (por los hongos, claro), el alcohol prohibido, comidas crudas prohibidas, cuidado con lo que comes fuera de casa y come poco y sanito, no te canses, no te arrimes a gente que tose, niños, animales .... y bla, bla, bla". "Ah, muy importante", termina diciendo el curandero," y te haces una analítica y me llamas por teléfono para ver cómo está".

Carajo, ¿a dónde puñetas me voy yo a ir así de "vacaciones"? ¿O me ha querido decir que me busque un hospital al lado de la playa?¿Pues no me veía tan bien?


Pero me quedo con ese lindo deseo: ¡muérete de hambre un poco más!



Fotografía: Liencres (Cantabria)

viernes, 8 de julio de 2011

Ego y vanidad

Decía un colega del mundillo que para ser fotógrafo se necesitaba mucho dinero y tener el ego muy grande. Yo no tengo dinero, si no aquí iba a estar yo.

Ahora mismo, y jamás lo hubiera pensado, estoy exponiendo en tres sitios a la vez, y no precisamente tres sitios cualquiera: la estación de Oviedo con Caminos de hierro, en Photoespaña con Alliance Francaise y la Fundación Pilar Citoler en la colectiva "Tolerancia" y en el CEART de Fuenlabrada.

Para más vanidad y "gloria de cartón" del que escribe, el miércoles fui invitado por el embajador francés a su residencia en Madrid a una recepción que ofrecía a ganadores y finalistas del concurso y exposición "Tolerancia" de Photoespaña. Allí estaban no más de 50 invitados, incluidos el embajador, Pilar Citoler, Claude Bussac (directora de Photoespaña) y Juan Luna (conservador del Museo del Prado) ... Me llevé a mi padre, consciente de que mi cuerpo no iba a aguantar ni disfrutar del cocktail. Menos mal que el palacete estaba lleno de reliquias de otros siglos donde poder sentarme. Mi querido progenitor, muy impresionado por el plantel de asistentes, no se amilanó a la hora de enfrentarse a las fuentes de ostras, la degustación de quesos artesanales y de vino de Burdeos, e incluso pudo disfrutar de la presencia de Calypso (metro ochenta y cinco de gala). Yo me conformé con algún limón y los quesos.

Mi ego anda a golpes con el techo de mi casa, y mi vanidad no deja de preguntarme al oído "¿Y ahora qué chaval?".

"Pues ahora que va a ser ...", la respondo yo elevando levemente los hombros mientras frunzo el ceño porque la vía me molesta en el pecho cuando hago ese gesto, "pues esperar al último ciclo de quimio y si hay suerte escaparme algunos días al norte a hacer lo que más me gusta: fotografiar atardeceres".

"Vaya un fotógrafo de mierda ... ", me responde la vanidad que últimamente me ronda, "que vulgaridad y que desprestigio para alguien tan afamado como tú".

Yo la miro de soslayo y me río.




Fotografía: estany d'Ivars y Vila-Sana (Lleida)

martes, 5 de julio de 2011

Tres meses: ya va haciendo tiempo

Tres meses ha, tres, que la vida decidió cambiar el color de mis paredes. Y como no me gustó el color, decidí repintarlas. Nunca hubiera pensado que los pasillos eran tan largos y que los techos estaban tan altos. Ni imaginé la cantidad de rincones a los que no se llega con la brocha y hay que pintarlos con los dedos, con las uñas, con sangre, ...

Tres meses ha, que son muchísimo tiempo o no son nada: lo que fui, lo que he sido y lo que soy. Lo que seré tras ese largo pasillo sin aún repintar.

Hoy me quedo con las personas que me encontré por los rincones de mi nueva casa, las que me tendieron sus manos y me ayudaron a pintar. Con su nombre pintado con el corazón escribo en mis paredes.

Al resto los borro, bastante tienen ya con bañarse en su lodo, no vayan a dejar la huella de sus manos sucias en alguna pared y luego toque limpiarlo.

Gracias a todos los que pintasteis y a los infatigables que seguís pintando sin pedir nada a cambio.




Fotografía: ría de San Vicente de la Barquera (Cantabria)