Todas las fotografías y textos son propiedad del autor. Todos los derechos reservados. Copyright © 2010 José Luis Esteban




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viernes, 30 de abril de 2010

Una tarde de abril

Sin lugar a dudas, los atardeceres más bonitos del año en Madrid son los de primavera. La altura del Sol, la acumulación de nubes, la temperatura, la atmósfera aún limpia después de la época de lluvias.

Ayer, por suerte, llevaba la cámara conmigo porque había acompañado a mis padres a pasar la tarde con mis sobrinos. Hacía mucho tiempo que no los veía. Y desde el coche vislumbré hacia el oeste el espectáculo celestial por encima de las lomas.

Esa encina la he observado centenares de veces solitaria perdida en lo alto de la loma. Cuántas veces he pensado que debería acercarme un día a encontrar una buena foto.

Pero ayer no estaba sola.

Esta foto se la dedico a Maribel, que después de una temporada con la guillotina del paro encima el gaznate, ayer tuvo una llamada telefónica que la ha salvado la vida (Sr. Ferrán es usted un chorizo, un delincuente, un exterminador y deberían meterlo en la cárcel al lado de los presos comunes. Con la boca de 4.000 familias no se juega, SINVERGÜENZA)



Fotografía: carretera de San Agustín del Guadalix a Colmenar Viejo

miércoles, 28 de abril de 2010

Es que ni en mitad de la sierra me dejan en paz ...

Me subo hoy a La Pedriza a media mañana a correr una horita. Cuando termino me quito la camiseta, zapatillas, .... y me tiro encima de una roca a comerme media piña natural que me había llevado en un termo, para que estuviera bien fresquita. Y luego a tomar le sol, como una lagartija. Sí, son cosas que conlleva estar de excedencia.

Que paz, que tranquilidad, allí arriba solo .... PUES NO. Oigo que vibra el móvil, un mensajito. Mi querido jefe que me dice que le llame cuando pueda.

Manda huevos (con perdón).



Fotografía: la cuerda larga desde una finca de Cerceda. Sí, estaba abierta la verja y me he colado. Estaba precioso.

Jesús Micó: Otra palmadita en la espalda

Ayer tuve la suerte de que Jesús Micó me revisara mis dos últimos trabajos y me dedicara 40 minutos, en vez de los 20 programados.

Jesús Micó es Fotógrafo, Profesor e Investigador de la fotografía, Especialista en Teoría e Historia de la fotografía, Comisario de exposiciones y Crítico de Arte. Imparte clases en varias Universidades y está a punto de doctorarse. Vamos, que entiende de esto.

Es uno de los profesores colaboradores del Máster de EFTI, y es unánime el consenso entre los alumnos de que sus clase han sido de lo mejor del máster, con mucha diferencia.

Bien, ayer revisó mis dos trabajos, LACRIMA y EL BOSQUE INVISIBLE. Inició su análisis/crítica con el segundo trabajo, el más reciente. Fue tajante en algunos aspectos relacionados con el formato, en los que descuidé las formas llevado por los consejos de la Dirección del Máster. Ahí me dio bien, pero lo peor es que yo era consciente de que lo estaba haciendo mal. No puedo tener esos fallos. Ciertas imágenes de la serie, evidentes, con más impacto visual y estridencia, me aconsejó que prescindiera de ellas y me decantara por la vertiente absolutamente poética, onírica, e intimista. Y llegó a decir que eran de tal belleza que conmovían el espíritu. Me quedé mudo y a punto de sonrojarme. Alguna otra idea más me aportó, muy de agradecer, para continuar construyendo estas imágenes.

Los últimos 10 minutos los dedicó a revisar mi trabajo LACRIMA. Después de una gran criba en la edición (en la que se han caído fotos que me encantan, pero ....) este trabajo consta actualmente de 9 fotografías. Las visionó sin articular palabra, no puso un pero a ninguna de ellas, y al acabar me preguntó: ¿en qué tamaño tienes pensado producirlas para una exposición? Le contesté que a medio tamaño (por razones obvias de mi escasa economía, y de que mis imágenes no provienen de una cámara de formato completo "full frame" y me surgen las dudas de si una interpolación hasta 1 metro puede deteriorar demasiado la imágenes, de por sí extremadamente complicadas para su impresión). Una sútil sonrisa se esbozó en sus labios: "No. Nunca. Eso es muy vulgar, y estas imágenes no lo son. La tremenda belleza de las mismas requieren ser producidas a un gran tamaño o incluso, para poder realzar su belleza y su recogimiento espiritual, a un tamaño muy pequeño. Que el espectador se tenga que acercar para apreciarlas en toda su belleza y se meta dentro de ellas. Hay que ser arriesgado y apostar por lo no convencional. Imagínatelas del tamaño de una mano, en una caja de luz, puestas en hilera una detrás de otra ... y con algún texto". Una pausa. "¿Escribes?", me preguntó. Sí, poesía, le respondí. Una cómplice mirada de soslayo: "Perfecto".

Se levantó de la mesa, y casi sin inmutarse me dijo;: "Te felicito. Tienes unos trabajos con mucha coherencia y te mueves muy bien en estos registros poéticos. Sigue así. Suerte". Y nos estrechamos la mano.

Salí de EFTI con una invisible sonrisa de oreja a oreja.




Fotografía: playa de Valdearenas, Liencres (Cantabria). Sí, me encanta Turner, ¿qué pasa?

lunes, 26 de abril de 2010

Primavera desde la madriguera

Dedicado al "empedrado" y al "ladrillero" del Weetyr (o Víter, o Triter, o Twister, ...).

Y un buen día el conejo notó que una gota de sudor le resbalaba por la frente. Acababa de sentir calor. Entonces se asomó por la entrada de la madriguera y vio que algo había pasado repentinamente ahí fuera. Quizá era que el invierno por fin se había marchado acongojado por los rayos del sol, o que Alicia había vuelto a atravesar el espejo (por más que se empeñen en meterla en una cueva). El caso es que el campo se había alfombrado de un inusitado color amarillo.

" ¡Que raro! Esto ayer no estaba así. ¿Será obra de algún encantamiento?" Y miró su Garmin, y vio que era 24 de abril. "¡Ay, coño!" exclamó el malhablado conejo, "pero si es que ya es primavera ¡Carajo! Y el Corte Inglés sin anunciarlo ..."

Así que el conejo se vistió de "Pataliebre" y se fue a trotar por al campillo, todo feliz y contento con sus nuevas Salomon, camino de la Mali o de la Bola.

Mientras el viejo zorro lo observaba de lejos con los bolsillos llenos de piedras, que había ido recogiendo durante todo el invierno para tirárselos al conejito trotón que no salía de su madriguera. Así que se fue a ver al Doctor Lechuzo para que le quitara esas piedrecitas. "Uyyyy, señor Zorro, un par de meses de baja sin correr ... a ver si se pasa la primavera y en el veranito se recupera usted. Hasta entonces, reposo".

Y la raposa se fue a descansar y el conejito a trotar.

Y colorín colorado, este ladrillo de hoy se ha acabado.

P.D.- ¿y el caballo? A lo suyo, con su cerveza ....


viernes, 23 de abril de 2010

Los nobles Caballos beben cerveza

Los nobles Caballos, estos magníficos seres cuyo espíritu, fuerza y sensibilidad los hace tan especiales, a menudo se encuentran en medio de una vorágine de terrenos cambiantes rodeados de tigres hambrientos que los pondrán más que a prueba, ya que los caballos sólo saben plantarse ante la vida de una sola forma y es de frente.

Esta es una de las condiciones que hacen que el Caballo no soporte aquellos cambios basados en los engaños que puedan perjudicar esa nobleza que llevan arraigada en lo más intimo de su ser. El engaño, la traición, la informalidad pude llegar a ser muy cruel para seres tan sensibles.

Seres de una gran fuerza, son capaces de llegar a su límites con tal de hacer las cosas bien en cualquier ámbito, aunque dejen su salud en ello y si deben afrontar la adversidad están preparados, pero si ésta lleva consigo la injusticia, se revelarán ante ella con todas sus fuerzas.

Pero no deberán decaer a nivel espiritual, por que éste va a ser para los caballos su mayor punto de apoyo, cuando vean que su libertad natural se encuentre limitada pueden sufrirlo con mucha intensidad, solo refugiarse en su espíritu o su interior, les permitirá sobrellevar los cambios negativos a su forma de ser.

¿Qué le ocurre a un caballo cuando se ve acorralado por tigres que le han tendido una trampa? ¿Intenta huir coceando? ¿Se defiende a bocados?

Se hincha a beber cerveza, a ver si cuando la vista se le nubla, los tigres cobardes que le atacan por la espalda desaparecen.


miércoles, 21 de abril de 2010

Una mañana con José Luis Galicia

Ayer tuve una de esas mañanas que sin duda pasan a los anales de la vida propia como día insigne señalado. Cuatro horas de charla amena en la casa/estudio del artista/pintor/grabador amigo íntimo de Picasso. ¿que quién es? Para empezar fue el que convenció a Picasso de que cambiara el testamento del Guernica, y que cambiara la condición de su regreso a España. Le hizo cambiar la condición de que se instaurara una República, y dejarlo en Democracia. Ha pintado la cúpula y absides de la Almudena y tiene 25 cuadros (si no me equivoco) en el Reina Sofía. Primo del torero Arruza y sobrino de León Felipe .... reputado y renombrado Director de Arte de cine entre los años 60 y 80 (sus anécdotas con Brigitte Bardot y Claudia Cardinale rodando "Las petroleras" en Colmenar Viejo son buenísimas).

Me ha enseñado su casa. Unos 400 metros cuadrados de casa en los que absolutamente todas las paredes son un museo: cuadros de su padre Fernando Galicia (amigo íntimo de Azaña, asiduo tertuliano del café Gijón, amigo de Unamuno, Valle Inclán, Gerardo Diego, Alexandre, ....), al lado de cuadros suyos y grabados. Multitud de obras de Picasso, muchas dedicadas a su persona, Matisse, Fortuny, Rubens, ..... y algún pintor coetáneo que ya no recuerdo.

Nos ha hecho un repaso de su vida, su infancia en Madrid, su exilio a París, donde conoció a Don Pablo (como el llama con extremado cariño a Picasso), su huída del ejército nazi de París a Burdeos, los bombardeos que sufrió en Burdeos, las calamidades de las malditas guerras, y su vuelta a España, a Burgos.

Conocer un personaje así, con esa historia y esa vida a sus espaldas, y todas las entrañables anécdotas con las que va adornando sus relatos, no tiene precio. Uno se plantea hasta pedirle que te permita escribir sus memorias .....

Un día, con más tiempo, debería escribir más sobre él. Me lo apunto.

Por cierto, me ha regalado uno de sus grabados, con dedicatoria incluida.




Fotografía: nacimiento del Asón, Cantabria. Un hermosos lugar donde admirar la naturaleza.

viernes, 16 de abril de 2010

Historia inconclusa de una roca

Érase una vez un delfín que vivía en el reino de Neptuno. Allí se creía feliz, enamorado de una sirena, mecido por las olas, jugueteaba entre ellas y se calentaba con los rayos del sol. Pero también sufría tempestades, grandes olas que parecían tragárselo, rayos caídos del cielo que querían partirlo en dos, y a menudo se veía metido en medio de peleas entre los monstruos marinos: Equidna tratando de matar a Tifón, Hidra de Lerna devorando a Gerión, las Gorgonas defendiéndose de Caribdis o el dragón de la Cólquida intentando cegar al Cíclope.

Y así pasaba la vida el delfín, en su océano, el gran océano.

Pero un día, que fue cualquier día, perdió a su sirena, y las tempestades se sucedían una tras otra sin tregua. Cansado de huir, de nadar sin descanso, de evitar a los monstruos marinos, de llorar en medio de la inmensidad, decidió dirigirse hacia la costa.

Fue cuando descubrió una corriente de agua dulce, tibia, que le produjo un gran placer. Entonces decidió seguir esa corriente y se acercó al borde de la costa, a un precioso acantilado donde un hermoso arroyo de crines blancas caía desde lo alto de un risco para precipitarse sobre las rocas. Luego, sosegado el ímpetu de su caída, reposaba sus aguas en un pequeño remanso al abrigo de las paredes de una cueva que se abría, al final, hacia el inmenso océano donde vertía sus ya serenas aguas.

El delfín recordó las advertencias de Neptuno: toda criatura que abandone mi reino, el gran mar, recibirá un terrible castigo por su traición ….. pero la belleza del lugar, la pena que le mordía el alma, y el cansancio de tantas horas sin dejar de nadar le empujaban hacia aquel refugio de paz. Se tapó los oídos y se enjugó de nuevo las lágrimas, no fuera a ser que le enturbiaran la vista, y que lo que veía como un pequeño paraíso, en realidad no fuera más que un canto de alguna sirena. Pero, al revés, le pareció aún más hermoso aquel escondido lugar.

Y saltó, dio un gran salto, y se coló en la charca de agua dulce, tibia por los rayos del sol, serena en su eterna quietud. Cerró los ojos y se le secaron las lágrimas, dejó de oír el rugido de las olas, sintió la calidez de los rayos del sol en sus mejillas y se quedó dormido.

Al despertar, en medio de una paz que creía olvidada, se dio cuenta de que no se podía mover. Pero no el importó, porque desde donde estaba podía ver las nubes pasar enormes empujando a las nerviosas olas, veía saltar a otros delfines golpeados por la furia del mar, y al fondo el sol durmiéndose sobre la inmensidad, tiñendo de bermellón el horizonte. Y se volvió a quedar dormido.

Una voz hueca y de una gravedad profunda lo despertó. Al abrir los ojos, puedo distinguir a un tritón enviado por Neptuno, “Despierta, traidor, ¿es que pensabas que no te encontraríamos? Me envía tu amo y señor para decirte que te perdona tu infamia si abandonas el estanque ahora y retornas a su reino. Si no lo haces, no respondo de su furia. Y necesito tu respuesta ya …”. El delfín permaneció en silencio, se sentía a gusto y en paz, por fin después de muchísimo tiempo. Y cuando levantaba la vista hacia el océano sólo veía enormes nubes de color gris devorándose unas a otras, olas de más de diez metros peleándose entre las serpientes marinas y un enorme dragón escupiendo fuego.

No respondió. Así que el tritón, enfurecido, de alejó hacia el océano y desapareció dando un tremendo golpe con su cola en el agua, haciendo soplar con toda su fuerza una concha de caracol que usaba para enervar las olas del mar. Estas se elevaron a una altura inusitada, llegando incluso a golpear a alguna de las nubes que espantadas se abrieron. Y entonces asomó entre ellas su cabeza Medusa, emisaria de Neptuno, inyectada de una furia inusitada.

El delfín notó que su inmovilidad iba en aumento, hasta tal punto que ya no sentía ninguna parte de su cuerpo, un frío gélido se apoderó de él y dejó de sentir los rayos del sol en sus mejillas. Se miró, asustado, en las tranquilas aguas de su refugio que en ningún momento se habían alterado por la furia de los esbirros de Neptuno. El delfín se quedó horrorizado: al mirarse en el agua solo vio el reflejo de una roca. Y volvió a llorar.

¿no podría volver a nadar entre las olas?¿no podría volver a sentir el roce de los rayos del sol en su cuerpo?¿no volvería ninguna sirena a cantar por él?

Entre lágrimas, se volvió a dormir.


Fotografía: El Bolao, Cóbreces (Cantabria)

lunes, 12 de abril de 2010

Mi noche triste, alma de tango

Allá en los años 80, ya va haciendo tiempo, descubrí el tango. No tanto atraído por sus parsimoniosos y en ocasiones interminables compases, sino por la tremenda y desgarradora poseía que encerraban sus letras.

¿Cuántas veces habrá arrancado lágrimas Carlos Gardel con este tango?
¿Cuántos nos habremos ahogado en llanto escuchando esta canción?

Que suene el bandoneón. Va por usted, don Carlos:



Mi Noche Triste

Percanta que me amuraste
en lo mejor de mi vida,
dejándome el alma herida
y espina en el corazón,
sabiendo que te quería,
que vos eras mi alegría
y mi sueño abrasador,
para mí ya no hay consuelo
y por eso me encurdelo
pa'olvidarme de tu amor.

Cuando voy a mi cotorro
y lo veo desarreglado,
todo triste, abandonado,
me dan ganas de llorar;
me detengo largo rato
campaneando tu retrato
pa poderme consolar.

Ya no hay en el bulín
aquellos lindos frasquitos
, arreglados con moñitos
todos del mismo color.
El espejo está empañado
y parece que ha llorado
por la ausencia de tu amor.

De noche, cuando me acuesto
no puedo cerrar la puerta,
porque dejándola abierta
me hago ilusión que volvés.
Siempre llevo bizcochitos
pa tomar con matecitos
como si estuvieras vos,
y si vieras la catrera
cómo se pone cabrera
cuando no nos ve a los dos.

La guitarra, en el ropero
todavía está colgada:
nadie en ella canta nada
ni hace sus cuerdas vibrar.
Y la lámpara del cuarto
también tu ausencia ha sentido
porque su luz no ha querido
mi noche triste alumbrar.

Letra: Pascual Contursi





viernes, 9 de abril de 2010

Berria y el centenario del nacimiento de Miguel Hernández

En este año 2010 se cumplen 100 años del nacimiento de uno de los mejores poetas españoles. El poeta pastor, el poeta despreciado, desubicado. El desafortunado. El más apenado que ninguno. El poeta nacido para el luto: Miguel Hernández.

Estando a los pies de la cárcel de Berria, en Santoña, Cantabria, encontré este árbol solitario, mecido por el viento, olvidado detrás de un muro. Se miraba, triste, en el agua, y me pareció verlo umbrío por la pena y casi bruno.

Había pensado hacer tarde o temprano un homenaje a uno de mis poetas favoritos, a mi poeta de la pena eterna, del llanto silencioso, del rayo que no cesa. Que mejor fotografía que ésta para ilustrar una de sus poesías. Soneto que desde la primera vez que lo leí se me quedó grabado para los restos, siempre a mis penas fiel, pero importuno:

Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!


Miguel Hernández "El rayo que no cesa"



Ahora, sólo queda enmudecer y saborear su rima en la umbría de mi habitación.



lunes, 5 de abril de 2010

De vuelta de la tierruca

Después de una semana agotadora, sin parar, traigo la retina llena de la belleza de Cantabria y la tarjeta de memoria un poco floja. O a lo mejor es que las fotografías que he hecho no hacen justicia a lo que he visto, y eso es un sacrilegio.

Una semana rodeado de buenos amigos, suculentas comidas, agradables sobremesas, hermosos lugares, alguna que otra aventura que recordar y como siempre las ganas de volver.

Ahora toca ponerse las pilas y volver a la rutina diaria.


Fotografía: playa de la Concha de Suances.