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jueves, 27 de noviembre de 2008

Siete pecados y uno más



















Con mi mirada te deseo, y a rozar mi piel te llamo. Siento un vacío de amor, desamor, que llenar con tu amor quiero. A robarte el cuerpo vengo, que mi alma en ello entrego, al abismo donde habitan lujuria, pasión y deseo.























No puedo parar, no quiero, de comer y de beberte muero. Y si no puedo en mi boca tenerte, tragarte, morderte, hasta tenerte dentro, hasta sentir que reviente, el ansia me estalle en rabia y la rabia se trague mi vientre.























Ni escribir sobre mi quiero …























La sangre hirviendo me quema, el corazón desbocado me duele, la bilis en la boca me hiere, que ni veo, ni oigo, ni siento. Y a por ti vengo, a morderte, molerte, quemarte, pegarte, hasta matarte.























Cuanto más tengo, más quiero, y cuánto más quiero, menos tengo. Mi pobreza es mi deseo, y me da igual lo que poseo. Necesito tener, aunque ya tenga, y parar de coger no puedo.























Vivir desterrada quiero, que no quiero ver lo que no tengo. Ni sentirlo, ni saberlo. Si no es mío, si no lo tengo, te maldigo, te mato, te odio, te miento, y porque no lo tengas, hasta te robo el aliento.























Ni a mirarme te atrevas, lacayo, que reina soy y tu mendigo, que ni Dios a mi torre se asoma, porque soy yo, mi ego, el más grande, el más bello, el más sabio, el único, el verdadero.























Yo, a ti Tierra, te expolio, te hurgo, te robo, te esquilmo, y escondida, aquí, en la oscuridad de mi bolsa, te ensucio, me esparzo, te inundo. Sólo te miro, y por dentro me río, jajaja, aquí tienes mi mierda, para ti mi regalo.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Metamorfosis



















Se define la metamorfosis como la “mudanza que hace alguien o algo de un estado a otro, como de la avaricia a la liberalidad o de la pobreza a la riqueza”, y también como un “cambio que experimentan muchos animales durante su desarrollo, y que se manifiesta no solo en la variación de forma, sino también en las funciones y en el género de vida”.

Lo que no nos cuenta es por qué se produce, qué lo causa.

La vida te sorprende con hechos que marcan tu vida, que la cambian. Y el azar cruza en tu camino ciertas personas que igualmente te marcan, te cambian. Incluso a veces en forma de un simple y efímero encuentro.

El fin de semana pasado conocí, esta vez por un regalo de la vida, de mi mujer, una de estas personas que te cambian la vida, o mejor dicho, como el dice, la forma de verla. Fernando Puche . Fotógrafo, escritor, amante de la Naturaleza. Y mucho más ...

Sus palabras, su forma de ver, concebir, reflexionar, sentir, han provocado en mi el deseo irrefrenable de iniciar una “metamorfosis”.

Su concepción del hecho fotográfico, y por ende de la vida, abren la puerta a la reflexión interior, al reajuste visual, la búsqueda de lo no evidente, la renuncia a la obviedad, ya que ésta es sin duda una de las cadenas de la esclavitud creativa.
Sus frases, sus conceptos, sus ideas, sus propias fotografías invitan a despojarse de toda ropa y empezar el nuevo camino en la mayor de las desnudeces. Desde aquí, invito a conocer su obra. Reflexionar sobre ella, encontrar nuestro paisaje interior, ver, observar, ejercitarse, ... observar ...., es el inicio de un fascinante nuevo viaje a lo imaginado.

Ojalá una inesperada metamorfosis mude mi estado, rompa las cadenas que me impiden ver y transforme mi avaricia fotográfica en libertad.

Pero cuidado, que a lo mejor lo que vemos dentro de nosotros no nos gusta.

Dedicado a Fernando Puche. Gracias por abrirme la mirada.

Fotografía: Lushan, Five Elder Man Mountain (China, julio 2008)

martes, 11 de noviembre de 2008

La mirada secreta












¿De quién se ocultan tus ojos, niña?
¿De quién se esconde tu mirada?

Si el cielo sonríe en tus ojos
y el mar se baña en tu mirada
¿por qué esconder los luceros
que adornan tu cara?

Hasta el viento, que nunca para,
se detiene en tus ojos
y vuela en tu mirada.
Pero mudo se queda, y ya no canta,
porque en la noche te escondes
en la noche callas.

Oculta tu cálida mirada,
sonríe a lo lejos, encantada,
entre el cielo que la mira,
y el mar que la baña.

La brisa que silba,
la brisa que canta,
en tu escondite se planta
y te arrulla una nana,
que a mil secretos suena
pero al oírla se calla.

Y si cierras los ojos,
y si escondes tu alma
¿qué secreto te llevas?
¿qué secreto guardas?

Te miro y no estás,
pero siento tu mirada,
escondida entre sombras
y entre encajes prendada.

¿De quién se ocultan tus ojos, niña?
¿De quién se esconde tu alma?
¿qué secreto miras?
¿de qué secreto hablas?

domingo, 9 de noviembre de 2008

Mi chica

Siento el brillo del sol
en un día nublado,
cuando fuera hace frío
yo me siento como en Mayo.


Bueno, supongo que os preguntaréis
qué es lo que me hace sentir así.
Es mi chica,
estoy hablando de mi chica.



Tengo tanta miel
que las abejas me envidian,
oigo una canción más dulce,
que la de los pájaros en los árboles.

Bueno, supongo que os preguntaréis
qué es lo que me hace sentir así.
Es mi chica,
estoy hablando de mi chica.

No necesito dinero,
ni fortuna, ni fama.
Tengo todas las riquezas, nena,
que un hombre puede desear.
Todas en ti, nena.

Es mi chica,
estoy hablando de mi chica.

("My girl" The temptations)

martes, 4 de noviembre de 2008

Caeruleus




















Recordando unos ojos inmensos como el cielo,
asomado a la ventana que dejó abierta al partir,
un corazón solitario se bebe el mar.

Se bebe el cielo,
se bebe el mar.

Fría daga clavada en el pecho,
gélido beso de una brisa otoñal,
de azul se tiñe el cielo,
de azul se tiñe el mar,
de azul se tiñe la pena,
pena que no puede volar.

Donde terminan los sueños,
donde termina el mar,
donde la luz te mira,
allí, la pena, quiere volar.

La sal dibuja en tu boca,
lo que el mar se llevó.
Lo que el cielo te trajo,
pena en el corazón.

De azul te cubre el cielo,
de azul te canta el mar,
de azul se visten tus sueños,
y tus penas, azules son.

Un corazón solitario se bebe el mar,
se bebe le cielo,
se bebe el mar,
se bebe sus penas,
penas, que no saben volar.

Azul, cuán profundo y triste azul,
es la pena que te muerde,
la pena que te dejó.

Azul, así lloras,
solitario corazón,
sólo un suspiro helado
sólo un sollozo azul.