domingo, 25 de octubre de 2009
Por fin .... la exposición
Y llegó la hora tan esperada, la exposición de mi trabajo "El baño de Diana".
Quiero agradecer el apoyo y paciencia de todos los que han confiado y siguen confiando en mi.
miércoles, 21 de octubre de 2009
La larga espera
jueves, 15 de octubre de 2009
Vértigo
De repente, sin saber ni cómo ni por qué, un buen día coges la cámara y empiezas a mover instintivamente todos sus botones y ruedas de ajuste. Algo que nace del estómago empieza a salir hacia los dedos, los ojos, la mente, el espíritu.
Cien bocetos que acabaron en la papelera se juntan como piezas de un puzzle y todo, de repente, encaja. Los ojos, los dedos, la imaginación, la luz, el tiempo, todo se pone de acuerdo y la orquesta, por fin, entona una sinfonía con sentido.
Las imágenes salen de la cámara directas, sinceras, apenas sin necesidad de ni el más mínimo ajuste ...... algo en mi interior se estremece.
Busco una tarjeta, hago una llamada, y la sinfonía se escucha por todas partes .... y mi temperatura corporal se eleva varios grados. Oigo, de repente, abrirse una puertecita .... y allá que voy, dispuesto a cruzarla.
¿qué hay allá dentro? No sé bien, pero eso será otra historia que muy pronto podré contar.
Cien bocetos que acabaron en la papelera se juntan como piezas de un puzzle y todo, de repente, encaja. Los ojos, los dedos, la imaginación, la luz, el tiempo, todo se pone de acuerdo y la orquesta, por fin, entona una sinfonía con sentido.
Las imágenes salen de la cámara directas, sinceras, apenas sin necesidad de ni el más mínimo ajuste ...... algo en mi interior se estremece.
Busco una tarjeta, hago una llamada, y la sinfonía se escucha por todas partes .... y mi temperatura corporal se eleva varios grados. Oigo, de repente, abrirse una puertecita .... y allá que voy, dispuesto a cruzarla.
¿qué hay allá dentro? No sé bien, pero eso será otra historia que muy pronto podré contar.
martes, 6 de octubre de 2009
6 de octubre, recuerdos y un gran viaje
Recuerdos de un maravilloso, único e irrepetible día de mi vida.
Y el mágico viaje a la Tierra de la larga nube blanca, Aotearoa (Nueva Zelanda), la Tierra de los paisajes inmaculados, los temidos guerreros maoríes y donde todavía es posible dormir bajo la luz de las estrellas, mecido por el arrullo de las olas y sentirse libre.
Los recuerdos, las emociones, esas bellas imágenes grabadas en el alma se agolpan en mi pecho y hacen que mi corazón de desboque. Los argonautas ahora separaron sus caminos, pero los fantasmas, los recuerdos, me persiguen.
Fotografía: estrecho de Cook, que separa las dos Islas de Nueva Zelanda.
Y el mágico viaje a la Tierra de la larga nube blanca, Aotearoa (Nueva Zelanda), la Tierra de los paisajes inmaculados, los temidos guerreros maoríes y donde todavía es posible dormir bajo la luz de las estrellas, mecido por el arrullo de las olas y sentirse libre.
Los recuerdos, las emociones, esas bellas imágenes grabadas en el alma se agolpan en mi pecho y hacen que mi corazón de desboque. Los argonautas ahora separaron sus caminos, pero los fantasmas, los recuerdos, me persiguen.
Fotografía: estrecho de Cook, que separa las dos Islas de Nueva Zelanda.
domingo, 4 de octubre de 2009
Fantasmas sobre el Manzanares
Después de leer 10 páginas de un libro que trata de una triste historia de amor, me he quedado helado, sin color, y al levantar la vista del texto me he dado cuenta de que estaba rodeado de mil fantasmas asomados por encima de mi desde la penumbra que me cubría la espalda ..... allí estaban leyendo la historia, en silencio, por encima de mis hombros.
Al llegar al final de la historia, me ha recorrido un gélido escalofrío y cuando he girado la cabeza para mirarles el rostro, han huido despavoridos, desvaneciéndose entre las sombras.
Y yo ahora me voy a la cama a esconderme debajo de las sábanas .... y que no vuelvan, que aún no se me ha quitado el miedo del cuerpo.
Fotografía: Río Manzanares a su paso por El Pardo.
Al llegar al final de la historia, me ha recorrido un gélido escalofrío y cuando he girado la cabeza para mirarles el rostro, han huido despavoridos, desvaneciéndose entre las sombras.
Y yo ahora me voy a la cama a esconderme debajo de las sábanas .... y que no vuelvan, que aún no se me ha quitado el miedo del cuerpo.
Fotografía: Río Manzanares a su paso por El Pardo.
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