Papatûânuku, la madre Tierra, emergió de entre las frías aguas del vasto océano. De sus entrañas surgió la vida, y así se pobló de árboles y pájaros. El hombre que surca el océano en su canoa busca el tûrangawaewae, un lugar donde estar, donde encontrar sus valores y principios. Perdido, extenuado, aquí al fin lo halla. El inmenso océano que lo trajo, y la larga nube blanca que lo observa, le recuerdan que su paso por Papatûânuku es efímero, cual frágil su vida.
Papatûânuku, de acuerdo a la tradición maorí, es la madre Tierra.
Fotografía: Península de Coromandel, Nueva Zelanda, Isla Norte
lunes, 6 de abril de 2009
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7 comentarios:
¿La crisis del ladrillo a llegado también a este blog?
Joder, quería decir HA llegado (con H)
¿te has propuesto llenar mi blog de faltas de ortografía?
Pedías menos ladrillo. He aquí pues.
Yo no pedía nada perillán, yo solo opinaba, pero hemos pasado de 100 a 0 en 2 segundos.
Amén
Aiiiis..como me gusta ese arbolito al borde del mar!!
Saludos
Que lugar mas increible!
Este blog se pone al rojo vivo.
Es un placer visitarlo.
De mis favoritas. Por aqui seguro que se pasa Neptuno de vez en cuando a sentarse en esa roca.
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