Aquí los muertos descansan al ritmo de las mareas. Las almas encadenadas entre dos mundos esperan la pleamar. Esperan una barca que los lleve mar adentro, a través de la ría, para empezar el viaje sin fin hasta la eternidad.
En noches de tormenta se pueden ver lenguas de fuego azul saliendo de sus verjas, como antorchas que se encienden en la oscuridad pidiendo clemencia. "San Telmo ten piedad de nosotros y liberamos del mal agüero", se escucha clamar desde lo alto del campanario.
La luna llena, mecida por sutiles olas, vendrá pronto por sus almas. Naveguen en paz por el mar, por los siglos de los siglos.
Fotografía: cementerio de Niembro, Asturias.
miércoles, 5 de octubre de 2011
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1 comentario:
Melancolía es lo que me transmite esta hermosa composición, el cielo del más puro estilo Guruma.
Un abrazo.
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