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jueves, 20 de octubre de 2011

Sin nada que celebrar

Hoy es un día como casi todos los días: sin nada que celebrar.

Se va el verano, llega el otoño. Suben las transaminasas, bajan los leucocitos. Una semana sin tomar pastillas, pero sigo sin nada que celebrar.

El sol asoma tímido por la ventana. Las crías de petunia se retuercen buscando la luz, abriendo tímidas sus párvulas hojas. Un bostezo también las saluda. Y aquí no hay nada que celebrar.

Dos segundos. Dos. Y vuelta a empezar. El Southern Confort tendrá que esperar. Tic, tac, tic, tac. Que contento estaba y por dos segundos, dos, no tengo nada que celebrar.




Fotografía: otra hija que me gusta y he de perder. Pertenece a mis nuevos trabajos pero no encaja con sus hermanas, ¿o sí? No sé, el caso es que de momento, perdida es. Otro rincón de Cantabria de cuyo nombre no puedo acordarme.



4 comentarios:

Manolo Guijarro Fotógrafo dijo...

Cosas para celebrar:
Una semana sin tomar pastillas...
El sol asoma tímido por la ventana...
Las crías de petunia se retuercen buscando la luz...
Las fotos perdidas son tan maravillosas que a muchos nos gustaría tenerlas de titulares...

Ya sabes, amigo, que incluso cuando no tenemos problemas de salud la vida es una carretera de montaña con cuestas, pendientes y sí, curvas, muchísimas curvas, algunas de ellas peligrosas. Y que muhcas veces, tras pasar una de esas curvas peligrosas en pendiente y bordeando un precipicio, la recta a continuación nos parece primero un paraiso para pasar pronto a ser anodina, sin sentido, y pasamos del miedo a la desidia y de la desidia a la añoranza y de la añoranza a la esperanza de encontrarnos una nueva curva que nos exija, que nos mida, que nos presente un nuevo reto.

En tu caso la última curva ha sido demasiado larga, justo es que te concedas unos instantes de asueto para recobrar la calma, relajar el tamborileo del corazón y recobrar el aliento para la próxima curva que, sea a izquierdas o a derechas, en cuesta o en pendiente, todos sabemos que se presentará y que luchará por sacarnos del camino.

Mientras tanto, disfruta mucho con la selección de tu trabajo, que bien se puede llegar a ser angustiosa, sobre todo en los últimos momentos en que empiezas a descartar hijos a los que quieres tanto como a los que te quedas.

Un abrazo

Raquel Blanco dijo...

Trasmite una paz y una tranquilidad increíbles esa foto..justo antes de la tormenta

Brujilda dijo...

Nada que celebrar dices????? Qué estamos aquí que no es poco, disfrutando de la gente que nos quiere y nos rodea,que no es poca y en tu caso si te paras a pensar intuyo que hay mucha, dandote su cariño y apoyo y siguiendote en tu recorrido que lo haces "un poco nuestro".
Por cierto, buen amigo tuyo Maguisan.
Pero una cosa es cierta, NO VAMOS A PERMITIR QUE LA ENFERMEDAD NOS GANE.
Me encanta la fotografía, quizás melancólica pero transmite paz.
Ya me dirás cuando me retratas a mí, ya que tu cámara hace maravillas y me puede sacar algo mona.
Animo y todo mi cariño.

Eluge dijo...

Hay mucho que celebrar, cada una de tus fotos y las palabras con las que las acompañas es para celebrar, el tenerte como amigo y maestro es para celebrar.
Esa barca varada hay que sacarla a pasear, por cierto cuando salimos a celebrar?.

Un abrazo.