Calendario solidario hasta la médula: conclusión

Hoy, por fin, doy por cerrada la venta y recaudación de los calendarios, habiendo hecho el ingreso correspondiente a la Fundación Josep Carreras. Mil euros, que es muchísimo menos de lo que me gustaría, pero más de lo que pensaba, teniendo en cuenta que la venta se ha limitado a mi entorno más cercano. Demasiado poco tiempo he tenido para elaborar mejor el calendario y poder publicitarlo.

Con esta cantidad, por ejemplo, se contribuye a mantener los pisos de acogida para pacientes de leucemia y sus familiares. Éstos han de trasladarse lejos de su domicilio para recibir tratamiento. Además, tienen una situación económica difícil, por lo que no pueden costearse una vivienda temporal durante estos duros momentos. También se da servicio de acceso a internet durante las temporadas en las que el paciente “inmunodeprimido” no puede salir del piso.

Con 300 euros, por ejemplo, se costea durante un año, para unos 12 pacientes, hasta las mejores 5 unidades de sangre de cordón umbilical para cada paciente que necesita un trasplante y no tiene un donante compatible entre sus familiares.


Quiero agradecer a todos y cada uno de los que han aportado su pequeño granito de arena comprando el calendario, y especialmente a mi compañera Elena y mi padre, que han contribuido muchísimo promocionándolo y recaudando.

Quiero agradecer también, por qué no, a todos los que, eso sí, en minoría, me han recordado que el género humano tiene esa facción mísera y paupérrima, tristísima en el fondo, que hace que se valore aún más a vosotros, gentes de buen corazón, que contribuís a éstas y otras causas con vuestro apoyo. A aquellas soeces huestes pertenecen esos que te piden el calendario y no te lo pagan, o se lo llevan sin más (¡qué bonito!, llegan a mascullar entre dientes, mientras lo deslizan por debajo del abrigo), o incluso se lo llegan a hurtar a mi propio médico delante de sus narices … y algún otro caso más, de cuyo relato no quiero ya acordarme. Pero no os preocupéis, mezquinos mediocres, yo pongo por vosotros el cochino metal.

Y sin más, hasta aquí, la historia de este calendario "solidarios hasta la médula".


Fotografía: recién salido del hospital, sólo los que han tenido que sufrir el aislamiento por culpa de la leucemia entienden lo que se siente. Eso sí, con la sonrisa y el humor por bandera.