… de gala para despedir el día. Una túnica que tejieron las hadas del pantano con pálidos hilos de color rosa y naranja. Una túnica que solo usa en esas imprevisibles tardes en que se juntan todas las hadas para volar por encima de las tranquilas aguas, danzando sonrientes con sus zapatillas de baile y sus vaporosos tutús de seda, esperando el beso de la luna. Esas tardes en las que se puede escuchar un rumor de sonrisas en todo el valle, y una leve brisa helada acaricia la superficie del agua.
Sentado sobre una roca, un nuevo atardecer, otro día que acaba, otro sueño que no llega, otro sueño que se escapa. Y la pesadilla que trae la noche acecha escondida. Pero que espere, que calle, que este momento es para mi.
Un atardecer es un atardecer. Pero éste trae baile de hadas.
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2 comentarios:
Mae mia macho, si te me pones tan serio yo no puedo poner paridas.
PD: Las fotos supremas como siempre ;)
Es que a veces le da a uno por ponerse a pensar .... ¿y para qué, si igual se vive? Pues eso digo yo
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