-¿Puedo probar si a mí me calza?
Sus hermanas se pusieron a reír y a burlarse de ella. El gentilhombre que probaba el zapato, habiendo mirado atentamente a Cenicienta y encontrándola muy linda, dijo que era lo justo, y que él tenía orden de probarlo a todas las jóvenes. Hizo sentarse a Cenicienta y acercando el zapato a su piececito, vio que encajaba sin esfuerzo y que era hecho a su medida.
Grande fue el asombro de las dos hermanas, pero más grande aún cuando Cenicienta sacó de su bolsillo el otro zapato. En esto llegó el hada madrina que, habiendo tocado con su varita los vestidos de Cenicienta, los volvió más deslumbrantes aún que los anteriores.
Continuará .....
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Despues de ver este fantástico retrato y saber lo que nos espera ardo de ganas de ver más de esta serie. Una toma muy sugerente.
Saludos.
Ya te lo dije Jose Luis, ese dedo marca el destino de la foto...me encanta la toma.
Un abrazo.
Gran Blog.
Publicar un comentario