En el silencio de la noche, al otro lado del pasillo, escucho el aullido ensordecido de un niño. Un lobezno blanco. Otro lobo cachorro arrojado a la fría estepa, sin su rastro de sangre.
Oscuridad. Silencio. Un lobezno que llora y gime.
Hay quien habla de Dios y de justicia. Hay quien reza e implora. Y hay quien llora en la sombra.
Otra vez, silencio y frío. No dormir. Esperar el nuevo día.
En el silencio de la noche llora un niño.
Y entonces se escuchan todas las lluvias que en el mundo han sido.
lunes, 18 de abril de 2011
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